En ocasiones los baremos para dictaminar qué funciona y qué no dependen de criterios arbitrarios. El éxito es escurridizo, impredecible. Muchas veces se apuesta por ideas que no funcionan y en otras ocasiones funcionan ideas por las que nadie había apostado demasiado. Pero antes de que el espectador se pronuncie al respecto, tu único baremo de éxito o fracaso es: Cuántas ideas te aprueba o te rechaza tu jefe. Tener buenos – o malos – jefes es determinante: Configura tu crecimiento como guionista y la forma en que te percibes como profesional.
– Qué claves definen a un buen líder. Gracias a ellas, podrás deducir qué problemas son achacables a tu jefe y cuáles debes achacarte a ti mismo. Aprenderás también a liderar de manera adecuada, en el caso de que te toque hacerlo.
– ¿Está hecha cualquier persona para ser líder? Un líder debe enfrentarse a ciertos retos, y es posible que no estés capacitado o capacitada para ello. Incluso cabe la posibilidad de que seas más feliz renunciando al liderazgo y trabajando en un puesto de guionista raso.
– Las cadenas de mando. Un breve recordatorio para dejar claro que tu jefe también debe rendir cuentas a sus superiores. En ocasiones tu jefe rechazará ideas no porque no sean de su agrado, sino porque él también debe contentar a otras personas.
– Terminaremos con un ejercicio de imaginación que te ayudará a averiguar si has tenido buenos o malos jefes a lo largo de tu trayectoria profesional, o si tú has dado la talla como líder, en caso de que hayas tenido la oportunidad de serlo.