Cualquiera que quiera ejercer el oficio sin acabar quemándose a lo bonzo delante de la sede provincial de hacienda debe disponer de un amplio sentido del humor y una enorme resiliencia al fracaso, los portazos, los gilipollas y el paisaje natural del autónomo, a la que se suma la condición de periodista: el desierto, el cri-cri y el desdén del asalariado y la población general.

En este bonito y delicado curso de La llama school aprenderemos a resistir, remar y retomar. Un curso de trucos, pistas y métodos para conseguir vivir mejor (que no vivir bien, si queréis vivir bien, haceros ejecutivos de banca, funcionarios de correos o hijos de Amancio Ortega), mientras conocéis a gente agradable, a unos cuantos tipos geniales y a un montón de hijos de puta.
También os daremos el know how (por hacernos un poco los chulos) de cómo se fabrica una red de contactos, de cómo se conoce bien a los jefes, de cómo se venden los temas, de cómo te adaptas a cualquier cosa y de cómo reírte de ti mismo, aunque te atropelle un trailer de dieciséis ruedas. Porque dos freelances bien entrenados y con la motivación necesaria, podrían vencer a 300 espartanos.
Sin humor no hay periodismo en solitario y por eso vamos a aplicar también nuestro particular método de gestión de recursos a través de la sorna, el cinismo y la coña marinera. Porque con la dosis necesaria de ironía, ser un maldito freelance hasta puede ser divertido. Te aseguramos que nuestro curso no es como una película de Isabel Coixet: no vas a aburrirte hasta odiar a la humanidad.

Como bonus, en nuestro Curso de Periodismo y Humor vamos a revelarte ciertos secretos para que trabajar menos cobrando un poquito más sea realmente posible. Eso sí, que no corran demasiado: no nos gusta la competencia.
Freelances del mundo: ¡venirse!
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